"El color de tus ojos el menos frecuentado"

Si, había llegado el otoño. Las hojas empezaban a caerse y el marrón inundaba las calles. Los paisajes comenzaban a estar de foto, las puestas de sol eran muy románticas y las parejas empezaban a salir a las calles, a pasear y darse arrumacos para aliviar las primeras ráfagas de frío. 

Los jerseys comenzaban a ser tendencia. Los colores pastel eran los más llevados y el de tus ojos el menos frecuentado.

Soñaba con paseos agarrados de la mano, sacando al perro, después de una cena romántica. Tú abrazándome, yo dejándome hacer.  Tu perfume se introducía en mis fosas nasales a medida que el aire se aproximaba. Hasta dentro del todo, el perfume digo. Sentía que nada acabaría con aquello. Nada era mejor, el, yo y un mundo hecho para nosotros.

Y ahora? Ahora qué? Ahora me doy cuenta que el cristal de mi comedor merece una buena limpieza, he estado demasiado tiempo con las manos y la nariz pegadas a el, y han dejado huella.

Bonita pareja aquella- susurro al cuello de mi camisa, tu antiguo pijama. 

Aparentábamos normalidad

Te hablare, si a ti, como un tu y yo. Por una vez seamos sinceros, en verdad yo lo fui siempre. Te diré que siento nostalgia cuando pienso en ti, en nuestras palabras clave, cristales empañados, risas nocturnas, miradas deseosas de sexo, risas calladas con besos apasionados, me pregunto si con amor. Eran cosas que única y exclusivamente entendíamos nosotros. Esto es por así decirlo, el demonio, aquel que me persigue preguntándome el porque de haber roto todos estos buenos momentos. Y luego esta el angelito, aquel que me dice que hice bien, que la culpa fue tuya por no luchar hasta el final. Ahora ángel y demonio se juntan para preguntarme si te quiero. En realidad, creo que siempre lo he hecho, pero nunca quise verlo. Pensé que podía ser  tan fría como el hielo, incluso como un iceberg del mismo polo, sin darme cuenta de que la única roca fría aquí eras tu. Gracias por quererme a medias, o por no quererme, por hacerme sentir especial, aunque fuese un día al mes.
Ha sido un año vivido al límite, al 100% para lo bueno y lo malo, nunca hubo nada normal, no éramos normales juntos.

Tu y yo, pero jamás un NOSOTROS

Mirar a las estrellas, en una noche sin ellas. Algo tan complicado como nuestra realidad. Realidad en la cama, ficción frente al resto. Dos besos en las cálidas mejillas, y observarte desde lejos, ¿quien se conforma? Nadie nos ve, y el cambio se hace visible. Te abalanzas sobre mi, y me atas a tus labios, sin dejar que las bocanadas de aire interrumpan los besos, palabras bonitas que comenzaron a llevarse el viento, hace ya un tiempo.  Tu y yo, pero jamás un nosotros. Escucharte reír, y saber que no soy yo el motivo de tu felicidad, esconderme de algo que ahora si que es malo. Cambiar de opinión depende del día, pero ser consciente de que la oportunidad no es tuya si no mía. Dejemos de disfrutar con esto. Tarde o temprano las estrellas se harán visibles y todo tendrá tanta luz, que hasta el resto de los planteas habrán podido descubrir la verdad de nuestra realidad.

Cómplice de todos nuestros actos

Abres la puerta, entro, ni si quiera te miro, en verdad no se si tu lo haces. Nuestro escondite secreto, el cómplice de nuestros engaños y deseos, de nuestras pérdidas y ganancias. Ponemos música y actuamos, nos dirigimos hasta este escondite. Me miras, te miro, me besas, te beso. Una vez más, dejamos que nada afecte y que todo influya. Que las manos vuelen de un sitio para otro. Permitamos que los ruidos salgan de nuestra boca sin necesidad de mentirnos. Acabamos, nos miramos, y tu boca susurra de nuevo un "preciosa". Me río, te ríes, de ti, de mi y de la ignorancia de aquellos que no conocen esto. Miro tu boca, y no puedo evitar hacerla mía. De nuevo música y decides trasladarme a la dura realidad. Una cama, mi cama, 1,20 metros, miro el hueco sin llenar, te deseo, aquí y ahora, de nuevo. Vuelve, deja la realidad, o convierte esto en realidad. Cierra los ojos, y DISFRUTA. 

Placer absoluto el de tenerte

Llueve, a mares, pero aún así me arriesgo, y decido salir a la calle. Sin paraguas, necesito notar que algo de esto es real. Corro, porque noto que alguien me persigue. No puedo mirar atrás, ya no hay tiempo. Siento que esos ojos están a punto de alcanzarme, y me asusto. Pensar no me ha venido bien, porque los ojos me han alcanzado, y atrapado. Despejo mi mente, y me veo sudada, encima tuya a punto de pegar el último chillido, y poder respirar tranquilamente. Te miro y noto que me acelero. Me has enganchado. ¿Ahora que hago? Me pregunto. ¿Huyo? No me quedan fuerzas, me respondo a mi misma. 
Me miras, me sonríes y me preguntas si estoy bien, si me ha gustado. ¿Eres idiota? Más que bien, y además me ha encantado. Me bajas y me sientas a tu lado, parece como que me he ido a otro mundo, me hablas y no te escucho, las cosquillas remueven mi estómago, te miro y no puedo aguantarte la mirada. Veo los cristales empañados y me doy cuenta que ya han pasado unas cuantas horas. ¿Esto será siempre así? Sí, me gusta, me gustas tu movimiento cuando me siento encima, tus besos cálidos, tu voz... No puedo resistirme. Decido volver a empaparme en sudor, en ganas, en dolor... Dejo que esto me lleve a donde tenga que ir, no pienso, actúo. Cierro los ojos y dejó que las ganas salgan de mi cuerpo a través de pequeños chilliditos, que te hacen sonreír. Cuando decido abrirlos, solo eres capaz de decirme "que bonita que eres", y entonces me doy cuenta de que salir de esto será mucho más difícil de lo que algún día pude llegar a imaginar.

El final

De nuevo te dignas a aparecer.
Y que tendrá de distinto, hablaremos hasta que tu decidas como sí nada hubiese pasado, dejare una vez más que tus palabras me hagan jadear, y que me quede sin aliento cuando sienta que tus ojos quieren desnudarme. Y esta vez espero tener fuerza para resistirme a tus dulces encantos. Mentiría si no te confesase que me da miedo enredarme en un beso y no ser capaz de pararlo. Me preparo para todo y a la vez para nada. Para hacerte el amor o para irme a mi casa nada más explicarte todo lo que siento. Me muero por verte y a la vez deseo no hacerlo jamás. Me contradigo. Soy culpable por querer que tu mirada no se aparte de mi nunca.  Estúpida por creer en esto. Tonta por añorar tus besos. E inocente por creerme tus palabras. Pero aún así soy inmensamente feliz por haberte sentido tan dentro de mi. Si hay algo que adoro es que me llames bonita cuando estamos empañados en sudor y jadeantes. Me dejas sin respiración y haces que quiera más y más de ti, y de mi. De nosotros. 
No es el momento para decirte, "quizás empiece a quererte". Pero en verdad nunca ha sido ni será nuestro momento. 

Te quiero. 

Huida

Cuando te has dado cuenta de que lo que significaba la palabra compromiso, te has dado la vuelta y has desaparecido. Solo yo creía que este día no llegaría, pero llegó y debes darte cuenta de que se acabó. En verdad, esto también ha sido decisión tuya amor.
Huyes, te escondes, y no vives. Déjate llevar, disfruta, algún día tendrás que comprometerte. Recuerda lo que te digo. ¿Por qué no puedes hacerlo? No es tan difícil  tu vida seguirá igual, no seré yo quien te la cambie amor.
Dame la mano y huyamos juntos, o mejor no. Ahora las dudas son mías. Dudo, dudo de ti, de mi y de un nosotros. De todo lo que hubo de lo que hay y de lo que nunca habrá.
Pero recuerda, todo quedaba en tu mano, y la has abierto. Ahora yo la cierro y me amarro a lo que no das, a lo que según tu no puedes dar.

Sigue igual, vive a tu manera, no te ates, no te comprometas, huye de todo, pero algún día no tendrás escapatoria. No es una amenaza, es sencillamente un consejo de lo que nunca he sido para ti. PAREJA